Suelos de madera natural

Los suelo de madera natural están compuestos por tablones o láminas de diferentes medidas y grosores, se pueden instalar pegados directamente al suelo o bien flotantes mediante sistema de anclaje y clic.

Una de las principales razones por las que los suelos de madera son tan apreciados es su inigualable belleza. La madera, con sus tonos cálidos y vetas únicas, aporta un toque natural y sofisticado a cualquier espacio. Existen múltiples opciones de acabados, colores y texturas, lo que permite personalizar los ambientes según el estilo deseado, ya sea moderno, rústico, clásico o minimalista.

Otro aspecto importante de estos suelos es su capacidad para mejorar el confort térmico y acústico del hogar. Además,  en el caso de los flotantes se puede incorporar una capa de aislamiento debajo que permite aumentar la eficiencia energética y reducir el ruido.

Además, tienen la gran ventaja de que pueden ser pulidos y barnizados, lo que les permite recuperar su belleza original incluso después de años de uso. Esta capacidad de renovación prolonga la vida útil del suelo y mantiene su apariencia elegante, siendo una opción ideal para quienes buscan durabilidad y estética en sus espacios.



Durabilidad

Antiguamente, los suelos de madera eran más delicados y sensibles al desgaste y la humedad, lo que limitaba su uso en espacios húmedos. Sin embargo, gracias a innovaciones como las de Quick-Step, esto ha cambiado drásticamente. La marca ha desarrollado sistemas avanzados de resistencias al agua, como juntas selladas y recubrimientos hidrófugos, que protegen los tablones y evitan la absorción de líquidos. Estas mejoras han transformado estos suelos en una opción perfecta para todas las estancias, incluyendo cocinas y baños.

Formatos



Como hemos citado anteriormente, los suelos de madera ofrecen una gran variedad de tamaños, formas y grosores, adaptándose a cualquier estilo decorativo.

Sin embargo, una tendencia que está resurgiendo con fuerza es el diseño en espiga, un patrón clásico que fue muy popular en el pasado. Este estilo, caracterizado por tablillas dispuestas en ángulo para formar una "V", aporta dinamismo y elegancia espacio. Hoy, los suelos en espiga combinan lo mejor de la tradición con un toque sofisticado y moderno, convirtiéndolo en una elección  atemporal.